lunes, 17 de julio de 2017

Albania: Literatura en el País de las Águilas

*Este artículo apareció en el sito achtungmag.com:
http://www.achtungmag.com/albania-literatura-pais-las-aguilas/


Esta semana he vivido muy cerca el efecto (para bien) de las redes sociales y del mundo globalizado de Internet. El detonante fue una entrevista que me hizo Maria Isabel Orgaz para leerenmadrid.com. En ella, se hablaba de mi tesis doctoral sobre el escritor albanés Ismaíl Kadaré. Gracias a esto, de manera sorprendente y con una rapidez fulgurante, me encontré, convenientemente traducido, como noticia de portadilla cultural en numerosos medio digitales de Albania y de Kósovo. Los misterios de Internet sólo son comparables a los enigmas que la literatura albanesa pueda encerrar para un lector medio en España. Pero escritores, además de Ismaíl Kadaré, hay muchos, y algunos están publicados en nuestro país.

En efecto, la literatura albanesa parece algo exótico y distante, una quimera, pero lo cierto es que el País de las Águilas alberga una enorme tradición literaria de grandes autores que, ni los 41 años de voraz dictadura estalinista, pudieron aniquilar. Y ya que me refiero al tirano, a Enver Hoxha, voy a recomendar una novela que acaba de aparecer en la editorial Siruela, por mano de un autor muy particular: Bashkim Shehu. Se trata del libro Angelus Novus.

Bashkim Shehu, efectivamente, es un autor peculiar. Y lo es por ser quién es. Es decir, el hijo de Mehmet Shehu, personaje que estaba destinado a suceder al mismísimo tirano Hoxha. Mehmet se caracterizó por imponer las políticas de Hoxha con mano de hierro, y como no, la represión, hasta colocarse como claro aspirante a tomar el relevo en el mando cuando el tirano faltara. Sin embargo, un turbio tejemaneje acabó con la vida de Mehmet en un asesinato político, y su caída en desgracia arrastró a toda su familia. Bashkim, el hijo, terminó refugiado en Barcelona, desde donde pudo dar rienda a su vocación como escritor. Sobre esta misteriosa caída en desgracia de El Sucesor, hay una excelente novela de Ismaíl Kadaré con ese mismo título, publicada en Alianza Editorial.

Pero volviendo a Bashkim Shehu y su obra: antes de este Angelus Novus que acaba de editar Siruela, ya tuvimos ocasión de leer otro de sus libros, Confesión frente a una tumba vacía: sueño autobiográfico (Península), un muy buen texto en donde Bashkim narraba las peripecias desagradables e infructuosas derivadas de su inmersión en el proceso para encontrar la tumba de su padre asesinado por Hoxha. Además, aún hay otro libro de Shehu traducido; se trata de la más que interesante novela El último viaje de Ago Ymeri, publicado hace años por la editorial Meteora y, hoy en día, prácticamente imposible de encontrar. Señores de Siruela, tomen nota para acometer una nueva edición de un texto que bebe de riquísimas fuentes oníricas, de las tradiciones y de las leyendas albanesas.

Y si se trata de recopilar esta prodigiosa sabiduría popular, se publicaron en español dos volúmenes imprescindibles: Cuentos populares albaneses (Miraguano), y El agradecimiento del muerto (Alberdania). En ambas recopilaciones figura como compilador Ramón Sánchez Lizarralde, toda una bendición para la popularización de las letras albanesas en España. Lizarralde fue el traductor de Ismaíl Kadaré al español, y un raro lujo para los lectores. Es una de las claves de la imponente presencia de Kadaré en nuestra lengua, que incluso cuenta en Alianza Editorial con una biblioteca personal que lleva su nombre. Mientras en otros países han volcado a Kadaré desde una traducción previa del inglés o del francés, es decir, en retraducciones, en España contamos con el lujo de Sánchez Lizarralde, que lo hacía directamente desde el albanés, la lengua de escritura original. El resultado: un Kadaré más completo y cercano a los lectores que en cualquier otra traducción. El fallecimiento de Lizarralde fue un duro varapalo pero, afortunadamente, María de Roces, su compañera sentimental y que trabajó mano a mano con él en muchas de las traducciones, ha tomado el relevo.

Quizás sea, actualmente, Fatos Kongoli el autor que más se aproxime a la monumentalidad de la obra de Kadaré, aunque todavía le resta un enorme camino por recorrer. De este magnífico escritor, con seis libros editados por Siruela, recomiendo La vida en una caja de cerillas, Una nulidad de hombre y Piel de perro. Son novelas determinantes para comprender la Albania moderna y cómo intenta sobrevivir y convivir con el peso que arrastra del terrible pasado.

Por supuesto, aún existen algunos libros más de literatura albanesa en español: El otoño de Xheladin Bey y otros relatos, de Mitrush Kuteli y publicado en Ediciones del oriente y el Mediterráneo, o la sorprendente El tiempo de las cabras (Libros del Asteroide), del diplomático macedonio —pero que escribía en albanés— Luan Starova. Muestra de la enorme riqueza lírica de la literatura albanesa es la magnífica cosecha poética de sus autores. Un pedacito de ella puede paladearse en La prueba de la tierra. Tres jóvenes poetas albaneses (editado por la Diputación Provincial de Málaga), que recoge muestras de la obra de Agron Trufa, Ervin Hativi y Gentian Çoçoli, y que se complementa con otro poemario también publicado por la Diputación de Málaga: la obra de Mimoza Ahmeti titulada Delirium.

No quiero terminar sin referirme a una escritora excelente, Ornela Vorpsi, con dos obras tan sorprendentes como duras: El país donde nadie muere, y Puro veneno, ambas editadas por Lumen. Si bien Ornela escribe en italiano, no he querido dejar de mencionarla, porque es una escritora albanesa que despliega toda una cosmogonía propia en sus obras, que bebe y comparte fuentes comunes con el resto de los autores albaneses.

Y no voy a dejar de lado a Kadaré en un artículo sobre literatura de Albania. Muchas son las obras que se podrían recomendar de este autor mayúsculo y memorable que debemos celebrar como un patrimonio cultural de todos los amantes de la literatura. El lector siempre encontrará belleza, o un motivo de estremecimiento o de entusiasmo, en sus libros. Ya sea en su primera novela, El General del Ejército muerto, o en El cerco, Abril Quebrado, El Palacio de los sueños, El Nicho de la vergüenza, Spiritus, El accidente o La cena equivocada… tan sólo un puñado de libros tomados de una obra de una riqueza y una variedad tan fascinante como aplastante.

Com no podía ser de otra forma, en una literatura tan deslumbrante, muchos son los autores que merecerían ser vertidos al castellano, muchos más de los que hasta ahora han sido publicados. En esa lista de espera para dar el salto a nuestras letras están, entre otros, Migjeni, poeta de principios del siglo XX, o el recientemente fallecido Dritëro Agolli, y Petro Marko, Esad Mekuli, Fatos Arapi, Xhevahir Spahiu, Rexhep Qosja o la propia mujer de Kadaré, Helena Kadaré, propietaria, también, de una interesante obra.


Todas estas ediciones en español a las que me he referido, de excelentes autores, cuando no excepcionales, nos acercan la riqueza de esta literatura y demuestran que las letras albanesas existen: y no solo eso, sino que vuelan muy alto porque, no en vano, se trata de la literatura del País de las Águilas.

domingo, 16 de julio de 2017

El Palacio de los Sueños (2)



*Esta reseña apareció originalmente en el sitio minuevaeadad.com:

https://www.minuevaedad.com/actualidad/2017/7/5/el-libro-del-mes-el-palacio-de-los-suenos/

Título: El Palacio de los sueños
Autor: Ismaíl Kadaré
Editorial: Cátedra
Número de páginas: 232
Año: 1981

¿Literatura albanesa? ¿Pero eso existe? Entendería que muchos se hicieran esta pregunta al leer la reseña de una novela de un autor albanés, del mejor autor albanés de la historia, y de uno de los novelistas fundamentales del siglo XX y parte del XXI; y además, candidato eterno al Nobel, premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2009 y ganador del prestigioso Man Booker Internacional. Estas credenciales son más que suficientes para responder a la pregunta: Sí, existe la literatura albanesa. Y El Palacio de los sueños, una de sus cumbres, es una de las novelas claves de finales del siglo XX.
Ismaíl Kadaré desarrolla su narrativa inmerso en el abismo del terror de un Estado totalitario y sanguinario: la Albania comunista de Enver Hoxha. Escribir, y tratar de ir en contra de los preceptos del realismo socialista, significaba jugarse la vida. El Palacio de los sueños es una de las apuestas más arriesgadas de Kadaré, que lo colocó al borde del desastre. La obra fue censurada durante siete años y Kadaré acabó seriamente amenazado por el Régimen. ¿Qué representaba esta novela para resultarles tan peligrosa a los dirigentes del Partido Comunista de Albania?
El Estado totalitario es un engranaje que tritura a los individuos, incluso controlando sus pensamientos: porque el Palacio se encarga de recolectar, estudiar, clasificar e interpretar, los sueños de todos los súbditos del Imperio. Necesita encontrar, entre ellos, los que denuncien futuras conspiraciones para que así puedan ser reprimidas antes de que ocurran; nada puede ser más arbitrario. Tal y como sucedía en el Régimen de Enver Hoxha, un sistema erigido a golpe de sospechas, consolidado con juicios sumarísimos y asesinatos. Esa es la denuncia que ejerce Kadaré en esta novela repleta de símbolos y situada en el Imperio Otomano durante sus tiempos de ocupación de Albania como escenario para, así, establecer una comparación, sin nombrarlo, con el Régimen albanés. Kadaré construye uno de los mayores alegatos contra el totalitarismo comunista, sin mencionar ni una vez al tirano, ni a Stalin, ni a la Unión Soviética, ni a nadie.
Esto es posible porque la novela de Kadaré alcanza mucho más allá, cargada con unos componentes kafkianos y oníricos demoledores. El texto entronca con el imaginario sobre el control de las masas desplegado por George Orwell en su obra 1984. El tema de las novelas de Kadaré siempre gira en torno a la alienación del individuo dentro de una sociedad, la mayoría de las veces zarandeado por reglas tan inhumanas como incomprensibles. En el seno de la distopía se inserta un funcionario, Mark-Alem, que hará carrera en el Palacio, recorriendo todos los estamentos y aprendiendo de las prácticas para descifrar los sueños indeseables. El sistema opera con una malignidad repulsiva y aterradora.

Por todo ello, El palacio de los sueños fue una novela muy peligrosa para su autor, un texto con el que los integrantes de la inteligencia política del Estado de Enver Hoxha se sintieron amenazados. Esta novela, que merece ser calificada como una obra maestra de Kadaré —y no es la única, afortunadamente—, es también la mejor forma de trabar conocimiento, gracias a un texto fascinante, absorbente e inquietante, con una de esas literaturas marginales que encierran obras y autores mayúsculos. Y, por supuesto, la manera en que, una vez descubierto por el lector, Kadaré lo acompañe ya para siempre, con la excelencia de su obra y el descomunal grito de su denuncia.